Su hijo HABÍA MUERTO hace 3 años, un día un niño toca la puerta y le dijo “Mamá soy Yo”- Historia

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Todas y cada una de las historias contadas en nuestro sitio web son siempre únicas, por miles de años se ha recopilado información y son muchas las leyendas de diferentes situaciones que van siendo registradas.

Incluso ciertas circunstancias “Sobrenaturales y asombrosas” nos dejan cada día con la boca abierta, incrédulos.

A continuación te daremos a conocer la trágica historia de una familia luego de un accidente…

Entre todas las historias que no logramos encontrar explicación, podemos destacar esta que te mostraremos enseguida, ocurrida en la ciudad de Québec, Canadá.

En esta ciudad vive Regina Andrews, una madre que en el mes de Enero del año 2012 sufrió un accidente de automóvil cuando iba con su pequeño hijo llamado Matthew, de tan solo 7 años.

Fue un día 13 del mes de Enero, Regina Andrews se encontraba manejando por una de las vías rápidas de la ciudad, mientras que, al mismo tiempo, hacía uso de su teléfono móvil, hablando con una amiga sobre el engaño que le había perpetrado a su marido y sobre el divorcio que se avecinaba. Cabe resaltar que en una época invernal, el hecho de conducir así es algo increíblemente difícil ya que al propia carretera se encuentra muy mojada y resbaladiza por los copos de nieve y el hielo y por ende hay que cuidarse incluso un poco más de lo que uno acostumbra.

A pesar de esto, Regina se sintió totalmente envuelta en la conversación pensando y recordando todas las cosas que aún le faltaba por hacer y que tan solo tenía menos de 15 minutos.

Por esta razón, Regina decidió utilizar la famosa red de mensajería instantánea, Whatssap, para continuar hablando mientras su hijo Matthew jugaba con la consola portátil de videojuegos.

Mientras que todo parecía realmente usual, Regina levantó la vista y observó un carro que se avecinaba a toda velocidad al final de la próxima curva. Debido a que no le alcanzó el tiempo para esquivar el carro, chocó contra el mismo, causando la pérdida de la vida al pequeño Matthew por el simple hecho de que él no se había colocado el cinturón de seguridad.

La sra. Andrews quedó también herida a causa del accidente, sin embargo logró recuperarse de sus lesiones, más no de la culpabilidad, la cual se apoderó de su mente al ver la situación en su complejidad.

Con el pasar de los años, Regina siempre se ha encontrado muy pensativa por lo que había pasado, el recuerdo de su propio hijo muerto la ha perseguido junto con la culpa por el uso incorrecto del celular y el cinturón de seguridad.

Tres años después del accidente..
Regina se encontraba sola en casa cuando escuchó el timbre. Se levantó, como de costumbre, y al abrir la puerta se encontró con un niño de unos 10 años de edad en el porche de su casa.

Regina, absolutamente confusa, le pregunta al chico que era lo que deseaba, las palabras que salieron de la boca del niño fueron absolutamente sorprendentes y fuera de lo normal, lo que dijo te lo contamos a continuación:

“Mamá, no te preocupes por lo que sucedió, debes entender que nunca has querido hacerme daño y que ese terrible día nunca debe ser más frío para ninguno de los dos. No te culparía por permitir que sucedan los accidentes cuando suceden, no estuvo bien que un simple videojuego resultara aún más importante para mí, que mi propia seguridad. He estado viviendo en la casa de otra familia al otro lado de Canadá, pero decidí que lo mejor sería esperar un poco de tiempo para visitarte, me ha costado mucho trabajo que me creyeran, ahora espero que tú también lo hagas aunque mi cuerpo y mi rostro no sea el mismo de antes, soy yo, soy Matthew.”

Regina no conocía la manera en que debía reaccionar, sin embargo notaba que por su rostro se desplazaban lágrimas sin sentido alguno y que por dentro de su cuerpo, los órganos parecían estar a punto de explotar, sin embargo, era una explosión que no le disgustaba en ningún aspecto.

Vulnerable y perdida, no pudo contenerse y se abalanzó hacia este chico desconocido para pedirle perdón, perdón más allá de que pudiera ser una broma, perdón más allá de que tal vez todo sea un sueño, perdón por el hecho de haber acabado con su vida y no haber podido verlo crecer como debía ser…

Entre abrazos y llantos se dijeron todo lo que debían decirse y a Regina poco le importaba todo, era su propio hijo y él sabía de manera perfecta todos los detalles de su vida. No quedaba otra opción, tenía que se Matthew.

Planificaron que ella hablaría con la otra familia para quedarse con él y Matthew parecía encontrarse de acuerdo. Al día siguiente partiría, sin embargo, Matthew ya no estaba allí al amanecer… Su hijo se había ido una vez más, Regina lo había perdido ya para siempre… Una vez más… No pudo hacer más que volver a romper en llanto, pero ya no tanto, ya no se sentía tan increíblemente vacía. Tomó todo lo sucedido como una experiencia sobrenatural y única, que la ayudó a liberarse un poco de su profundo dolor.

Así fue como Regina relata lo sucedido, con un sentimiento puro que hasta ahora no ha sido capaz de explicar, simplemente sabe que todo está bien y que Matthew se encuentra pendiente de ella en algún lugar y ella pendiente de él desde lo más profundo de su corazón.

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